Más de lo mismo

En primer lugar, aunque no sea buen momento, quisiera dar las gracias a O Fabuloso por seguir mi blog a la par de agradecerles a todos los que siguen éste espacio de reflexión desde el inicio, en especial, a un queridisimo amigo Jose Angel , digno cronista, mejor persona.

Me gratifica mucho agradecer el apoyo de todos, pero me temo que hoy no es uno de esos días que agraden hacer una crónica del equipo más admirado por mi, el Sevilla Fútbol Club. Desgraciadamente, pero necesariamente, hay que hacer autocrítica dado a que, desde el día del Sporting de Braga, siempre ocurre lo mismo, a excepción del 1-4 al Levante, en cada partido que juega nuestro Sevilla.

En Barcelona no hubo directamente equipo, que con el gol en propia puerta se descompuso, por lo demás, el Sevilla comenzaba arrollador y sin ceder en el empeño por un gol que nunca llegaba. Tarde o temprano, llegaría el gol o los goles del contrario, sobre todo en casa, y con ello la impotencia y el desconcierto en el coloso de Nervión.

Repeticiones y repeticiones de lo mismo de siempre, y no se toman medidas.Parece cubierto el lateral con Dabo y el centro de la zaga con Cáceres, además del ritmo de Zokora y, por lo que se ve, el punch de Luis Fabiano sigue dando de qué preocuparse a las defensas contrarias. Pero volvimos a caer. Cierto es que con un fallo defensivo llegó el único tanto del partido, pero se cometieron más, y es que no se materializaron todas las oportunidades y no diversificarse para llegar constantemente al final. Con mantener la intensidad y el ritmo de la primera parte era más que suficiente para timbrar con fuerza a la candidatura a ganar la Europa League.

Desgraciadamente, la segunda mitad se vio a un equipo completamente superado fisicamente por un cansancio progresivo desde el minuto 40 de partido que dejaron de atacar. Álvarez, de quien no comparto practicamente nada, agotó en el 66 todos los cambios con la lesión de nuestro querido campeón del mundo Jesús Navas. Cojo jugaron y más con el gol de Nené.

¿Qué lecturas se podrían sacar? ¿quién tiene la culpa? Antonio Álvarez asumió la suya, pero no es suficiente, nunca lo es. A pesar de que prefiera otro entrenador al actual, sabemos que el Sevilla no lo cambiará en absoluto y está, imagino, ratificado hasta fin de año, pero ya que está  aquí que ponga medios contundentes para un equipo que ha pasado de crecer y hacerse grande a poco a poco ir disolviendose como un azucarillo.

Me duele, profundamente, como sevillista tener que decirlo, pero es así. No es culpa del contrario, sino del propio equipo, ya que no es la primera vez que sucede, y a medida que sucede es más calamitoso. Ojalá hubiera podido escribir éste artículo con otros ánimos y otra historia, pero sintiéndolo muchisimo, cuando no se hace bien hay que reconocerlo. Y ayer hubo impotencia y falta de previsión en un equipo que no se esta mostrando como es. Esperemos cambiar esa mala suerte.